
Decir que ha sido gracias a ellos sería exagerar. Con otros también habríamos llegado. Más lejos, más cerca, quién lo sabe; pero probablemente a un lugar distinto. De la lista de quienes nos han enseñado, a algunos los hemos olvidado, de otros recordamos anécdotas desternillantes o quizá alguna que todavía nos escueza, pero de todos, habrá uno que sobresalga, un nombre que nos devuelva la sensación de que, en un tiempo de muchas decisiones y pocos mapas, él abrió una puerta y, entonces, pudimos entrever, aunque fuese a mucha distancia, algo que nos gustaba. En mi caso, ese profesor se llamaba Prudencio y me enseñó algo mucho más serio que una asignatura: Filosofía.
No fuimos amigos, ni siquiera tengo claro que le cayese bien; de hecho, fue de los pocos profesores que llamó a mis padres para reprenderme por mi comportamiento. Aquello me dejó sorprendido. Yo era lo que todo el mundo consideraba un buen alumno. Sin embargo, un día me dijo: ‘Ignacio, dile a tus padres que vengan, quiero hablar con ellos’. No quiso adelantarme nada. Hablé con mi madre, y me miró extrañada, convencida de que, en realidad, le ocultaba el motivo. Quitando una estúpida pelea por un partido de baloncesto, jamás había dado problemas. De camino a la cita, recuerdo ir manipulado a mi madre, describiendo a Prudencio como alguien especial, ensimismado, con la cabeza en otro sitio, desacreditándolo con anécdotas como que recogía a su hija al salir de clase y, al llegar a casa, se daba cuenta de que la había perdido.
‘Ignacio es buen estudiante. señora. Eso usted ya lo sabe’, le dijo, mientras mi madre se cruzaba de brazos, preparándose para el golpe. ‘Estoy preocupado porque le he visto sonrisas displicentes hacia compañeros, ya sabe, compañeros menos despiertos’. Respiré aliviado. Si el principal cargo contra mí era ‘displicente’ saldría vivo. Mi madre me miró como diciéndome espera que busque en el diccionario qué significa displicente y me vas a oír. Para rematarlo, antes de despedirnos, añadió: ‘Tenga cuidado, está fascinado con Nietzsche, y su hijo es todavía muy joven’. Me costó convencerla de que Nietzsche no tenía nada que ver con la pornografía y que sólo me divertía porque hablaba de superhombres, anticristos y por ese maravilloso bigote de morsa que le convertía en el primer filósofo hipster de la historia.
Con claridad y pasión, Prudencio nos hacía sentir que no había nada más importante que lo que escuchábamos en sus clases. Si en lugar de filosofía hubiese hablado de música lo habría contratado Radio 3. Me encantaba como introducía a cada uno de los autores del temario. Con ritmo de trailer de cine, sabía presentarlos de modo que nos creyésemos a punto de conocer a genios que habían cambiado el curso de la historia y que lo habían hecho no con ejércitos ni con fortunas, sino con algo que cualquiera de nosotros podíamos tener: ideas.
Sabía generar expectación y conducirnos con habilidad a lo esencial a través de anécdotas, entresacando episodios brillantes de las biografías de Platon, Kant, Marx, eligiendo citas provocadoras o suscitando debates acalorados. De manera natural, nos hablaba como adultos, esperando escuchar a personas con opiniones, y no a loros recitando un libro. Con los años le volví a ver. Apenas había cambiado, con su cara de no saber qué dirección tomar y sus pantalones de pana un par de tallas más grandes. Me llamó Antonio y me preguntó qué tal en Derecho. Sonreí y le dije que la vida me trataba bien. Me dio coraje corregirle. Supongo que no podría esperar mucho más de alguien que olvida a su hija de camino a casa.
(fin)
En mi época Onofre si se levantaba….ara meter su mano debajo de la barbilla y decirnos que a una cuarta…que si no,la espalda se resentida. …Creo que Fano se merece una entrada para el solo….Belarmino es un genio incomprendido…demasiado para chavales de bus y cou
Me gustaLe gusta a 1 persona
Si! Si! Y para Moure otro más! Realmente te expresas cojuno! Hacer rememorar cosillas y sentimientos comunales y personales q no se pueden expresar con palabras o con muy pocas … «Un tiempo de muchas decisiones y pocos mapas» … Bravo!
Tanto la 1a parte como la segunda son una oda a la evocación sentimental respetuosa y a la vez sagaz e hiperrealista! Bravo!
Tómate tu tiempo y regalamos a los exmaristae 80-90’s con estas perlas!
Gracias
Me gustaMe gusta