
©Arkadi Zaides
Apenas le conoces, pero lo piensas.
Su vida es frágil como cualquier vida,
pero le escuchas y crees que podría ser él.
Sabes que el azar descargará una tormenta de clavos para probar tu error,
sin embargo, él sigue hablando, inocente y ajeno a tus pensamientos,
y te convences.
Todavía es joven, pero tiene las ideas.
Nadie sabe cómo llegó a ellas, quizá ellas le encontraron.
Necesitará fuerza y fe. No es un dios.
Como a nosotros, el miedo le helará las venas,
las dudas le vaciarán la vista
y la tristeza susurrará en su oído
No lo conseguirá solo. Cada uno le acompañaremos un invierno,
y cuando no resistamos más y volvamos a casa con nuestra historia,
otro ocupará la posición. Nunca deberá estar solo.
Alguien tendrá que protegerle, vigilar la puerta mientras descansa
y ayudarle a superar la noche.
Algún día exploraremos,
libraremos batallas y las ganaremos.
Algún día llegaremos
porque tendremos el mapa.
De ti dependerá que no se detenga,
que duerma y se levante,
que tenga tiempo y esperanza.
porque sin él, no habrá mapa.